¿A quién no lo gusta ser un buen anfitrión? Seguramente, a la hora de recibir a amigos, familiares, compañeros, o incluso jefes o clientes, siempre nos planteamos cómo debemos preparar la casa, la mesa, la comida… Atender bien a los invitados tiene su ciencia, ya que no depende únicamente de la simpatía. Nada puede dejarse al azar, aunque no debemos estar “acartonados”. Aquí te vamos a dar unos tips para ser un/a buen/a anfitrión/a.

  • Antes del evento. Para garantizar el éxito de la fiesta o ágape hay que tener en cuenta:
    • Qué tipo de fiesta queremos celebrar y  adaptar los detalles al estilo.  
    • Conocer bien a los invitados. Quiénes son, cuántos, y qué gustos tienen. Debemos pensar en nuestros invitados. Sin perder nuestra personalidad, es decir, no hay que “disfrazar” el evento, debemos adaptarlo a los gustos de los invitados, desde ofrecer las bebidas y comidas que les gusten, hasta poner música de su estilo. Y, sobre todo, tener en cuenta las alergias alimentarias, si las hubiera. 
  • Preparar el espacio con todo tipo de detalles: desde la música a la decoración y la iluminación. Evitar los excesos. 
  • La recepción. Durante el recibimiento de los invitados, hay que ofrecer un aperitivo que no quite el hambre, pero que permita que la espera sea agradable. Una bebida y unas aceitunas, unos taquitos de queso, incluso unos mini fuets. Siempre en poca cantidad.  Es un momento que debe ser informal y en un espacio que sea distinto de donde se celebrará la fiesta o comida, propiamente dicha. Evidentemente, en este momento los anfitriones ya deben estar con los invitados, no en la cocina acabando la comida. Es el momento de las presentaciones, en caso que no se conozcan entre ellos, y muy importante, no avanzar lo que se va a servir y lo que pasará en la fiesta posteriormente. 
  • Cómo sentar a los invitados. Es una pregunta que siempre nos hacemos.
    • Las cabeceras o centro de la mesa debe estar reservado para los anfitriones. Y siempre cerca de la cocina, para facilitarnos el trabajo. 
    • Al resto de invitados, colocarlos procurando generar un ambiente uniforme y evitar incompatibilidades. Una buena idea es alternar a las personas según su sexo para evitar que se sienten todos los hombres en un bando y las mujeres en otro. 
    • Es aconsejable que las parejas estén separadas para integrarse en el grupo. 
    • Si alguno de los asistentes no conoce al resto, lo sentaremos en un lugar donde pueda interactuar con todo el mundo.
    • En los extremos de la mesa, se sentarán “los de la casa” y/o los más jóvenes. 
    • Es preferible ubicar en otra mesa a los niños y que coman en otro momento. 
  • En la mesa. Intenta que cada comensal tenga un mínimo de 70 cm de espacio para comer. 
    • Mantelería. Siempre mantel de tela si es en un espacio interior. Opta por tonos claros y naturales. Y, por supuesto, nada de servilletas de papel (a no ser que sea una fiesta infantil). Además, la servilleta debe estar doblada de forma sencilla y sobre la mesa. Nada de colocarla dentro de la copa o como si fuera un elemento decorativo. 
    • Ajusta la vajilla al menú que vas a ofrecer. Si la cena es fría y a base de embutidos, quesos y ensaladas debes usar una vajilla más informal, que si el ágape está formado por un primero, segundo y postre. 
    • Cristalería. Sólo pon las copas que se vayan a usar, además de la de agua, que siempre debes poner en la mesa. Las copas de cava o licores ya las servirás luego, nunca desde el principio de la comida. 
    • Los cubiertos, sin embargo, sí los debemos colocar en mesa, siempre de fuera hacia dentro en el orden en el que se vayan a utilizar. 
    • No olvides algún que otro elemento decorativo: flores, velas, jarrones…

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