Como casi todos sabemos, la croqueta viene de una palabra francesa. En concreto del verbo “croquer” (crujir) y de su variante femenina en diminutivo “croquette” (lo que sería “crujientita”). Este bocado, que hoy pensamos es tan español, dicen que lo inventó con toda probabilidad un cocinero del rey francés Luis XIV, a pesar de que algunas fuentes defienden que fue Monsier Escoffier hacia el 1898.
Pero realmente la receta es bastante más antigua, pues ya se recoge en el recetario de 1691 “Le cuisinier roial et bourgeois”, de François Massialot, célebre chef de entre otros, el duque de Orleans. Él las llamaba “croquets” y no se parecían casi en nada a las que comemos ahora. Eran unas bolitas fritas empanadas a base de picadillo de carne, huevo, trufa y hierbas. Y, sin bechamel. De hecho, este cremoso ingrediente no aparece hasta que en el siglo XVII un cocinero que trabajaba para Luis de Béchameil -mayordomo mayor en la corte de Luis XIV- la incorporó en sus menús, emulando una receta de unos cocineros italianos.
La primera referencia de las croquetas con bechamel no la hallamos hasta 1817. Fue el chef francés Antonin Carême quien logró sorprender en el banquete para el príncipe regente de Inglaterra y para el Archiduque de Rusia con un plato de bechamel recubierta por una capa gruesa y crujiente, al que denominó “croquettes à la royale”. A partir de ese momento las croquetas pasaron a considerarse un exquisito manjar propio de la nobleza.
En aquel siglo XIX también llegó la croqueta a España. Tenemos referencia de ellas en los escritos de Alejandro Dumas de 1846, donde el autor menciona una receta de croqueta de patata. Y es que, posiblemente, al principio, todas las croquetas llevaban patata.
Hoy, las croquetas podemos encontrarlas de mil y un ingredientes y variaciones. Las hay carnívoras, vegetales, de pescado, más crujientes o menos, con más o menos bechamel, aunque las “reinas” suelen ser las de jamón ibérico o las de cocido. Este “noble” bocado se ha convertido en tan popular como exquisito. Tanto, que incluso tiene su propio Día Interncional, el 16 de enero. Una más que buena excusa para probar nuevas variedad o saborear las que más te gusten.
Y recuerda, en MAS Food Lovers también disponemos de una gran variedad de croquetas, listas para que las calientes, y también para que las pases por la freidora o la sartén para darles el dorado deseado. ¡Feliz Día Internacional de la Croqueta!